Los mensajes de felicitación que fueron enviados al escritor colombiano el 21 de octubre de 1982.
El jueves 21 de octubre de 1982, el viceministro de Asuntos Exteriores de Suecia, Pierre Shori, llamó a la casa del escritor Gabriel García Márquez en Ciudad de México para comunicarle que había sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Eran las 5:59 de la madrugada: el momento exacto en que la vida del autor de Cien años de soledad cambió para siempre.
Tan pronto como se difundió la noticia en los medios de comunicación del mundo entero, la línea telefónica de la familia García Márquez colapsó y la casa del Pedregal de San Ángel empezó a llenarse de periodistas que se disputaban una declaración del nuevo nobel latinoamericano (el cuarto en una lista exclusiva que inició la chilena Gabriela Mistral en 1945).
Gabo, como ya le decían muchos amigos y lectores, también recibió una avalancha de telegramas de felicitación. Fueron más de 577 mensajes enviados desde 49 países pertenecientes a los cinco continentes. Entre los remitentes se encontraban escritores insignes, líderes políticos, presidentes de la república, asociaciones de profesores y cientos de lectores agradecidos por la creación de su universo literario.
La mayoría de estos telegramas reposan en el archivo personal del novelista colombiano en el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin. En el Centro Gabo compartimos algunos contigo:
“LLENO DE ALEGRIA ENVIOTE FRATERNAL ABRAZO”
El escritor mexicano fue uno de los integrantes más destacados del llamado Boom latinoamericano. Conoció a García Márquez en Ciudad de México a principios de la década de los sesenta y juntos llevaron a cabo diversos proyectos cinematográficos, como, por ejemplo, la adaptación a la pantalla grande de El gallo de oro, un relato de Juan Rulfo. El personaje Lorenzo Gavilán, de La muerte de Artemio Cruz (novela publicada por Fuentes en 1962), fue retomado por García Márquez algunos años después en Cien años de soledad.
“WARMEST CONGRATULATIONS STOP IF ONLY COULD HAVE CELEBRATED WITH OMAR”
(“MI MÁS CALUROSA ENHORABUENA. LÁSTIMA QUE NO PODAMOS CELEBRARLO CON OMAR”)
El escritor y guionista británico fue una de las grandes amistades de García Márquez. El Omar al que se refiere es Omar Torrijos, presidente de Panamá desde 1968 hasta el 31 de julio de 1981, cuando la avioneta en la que viajaba se estrelló en Cerro Marta. Greene y García Márquez hicieron parte de la delegación panameña que en 1977 acompañó a Torrijos a la firma de los tratados Torrijos-Carter en Washington. Aunque tenían prohibida la entrada a los Estados Unidos, ambos novelistas ingresaron al país gracias a la intervención del presidente panameño que les expidió unos pasaportes especiales para la ocasión.
“TODO MI AFECTO Y MI ALEGRIA”
Otro de los integrantes fundamentales del Boom latinoamericano. García Márquez mantuvo una amistad muy cercana con él. Coincidieron en el Tribunal Russell II que se pronunció sobre las violaciones de los derechos humanos en las dictaduras latinoamericanas de la década de los setenta. En Cien años de soledad, García Márquez incluyó una mención al cuarto donde murió Rocamadour, un personaje de la novela Rayuela, que Cortázar publicó en 1963. El 22 de febrero de 1984, diez días después de la muerte de Cortázar, García Márquez publicó un artículo titulado “El argentino que se hizo querer de todos”. “Los ídolos infunden respeto, admiración, cariño y, por supuesto, grandes envidias. Cortázar inspiraba todos esos sentimientos como muy pocos escritores, pero inspiraba además otro menos frecuente: la devoción. Fue, tal vez sin proponérselo, el argentino que se hizo querer de todo el mundo”, escribió entonces.
“TE FELICITO MUY CALUROSAMENTE POR ESTE PREMIO QUE ENALTECE NUESTRA LITERATURA Y ES ORGULLO DE TODOS LOS ESCRITORES DE AMERICA”
Escritor mexicano, representante de la vanguardia de los años sesenta. Dirigía la revista S.nob por los años en que García Márquez era el editor general de Sucesos para Todos y La familia (los tres medios pertenecían al empresario Gustavo Alatriste). Gabo consideraba que Elizondo era un aristócrata literario incapaz de incrementar las ventas de la revista que estaba a su cuidado. Con el tiempo, ambos escritores llegaron a respetarse mutuamente. Una de las hijas de Elizondo, Pía, se casó en 1987 con el segundo hijo de García Márquez, Gonzalo.
“YA COMENZAMOS LA BORRACHERA GENERALIZADA STOP NOS HICISTE GANAR EL PREMIO A TODOS STOP BESOS Y ABRAZOS STOP”
El matrimonio conformado por el crítico literario uruguayo Ángel Rama y la crítica de arte colombo-argentina Marta Traba mantuvo una estrecha relación con García Márquez hasta su muerte en el Vuelo 011 de Avianca que se estrelló en Madrid el 27 de noviembre de 1983. Tanto Rama como Traba hicieron análisis sobre la obra de Gabo y los libros de los autores del Boom latinoamericano.
“EVVIVA SONO MOLTO CONTENTO”
(“HURRA. ESTOY MUY CONTENTO”)
El novelista y semiólogo italiano, autor de obras como El nombre de la rosa y El péndulo de Foucault, admiraba la narrativa de García Márquez. En marzo de 1999, durante un seminario que se llevaba cabo en Forlì, Eco habló sobre la supuesta muerte de la novela ante la irrupción del cine y las nuevas tecnologías. “Si la noción de novela corresponde a la que caracterizó al siglo XIX, la llamada novela bien escrita según los cánones de la crítica anglosajona de los años 40, entonces sí, se puede decir que murió después de James Joyce. Pero, ¿qué decir cuando se acepta esta idea y aparece en el panorama un escritor como Gabriel García Márquez? Hay que decir que la novela no murió, porque existen autores capaces de reinventarla, cambiando las reglas del juego”, afirmó.
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