Este es uno de los contenidos producidos por los participantes de Cronicando durante su cubrimiento en el Hay Festival Cartagena 2019.
Este trabajo fue realizado por Zharick Guzmán (14 años), Michael Casarrubia (14 años), Brandy Guzmán (16 años), Fabián Romero (13 años), Dayelitza Jiménez (16 años), José Luis Guzmán (14 años), Iván Ramírez (14 años), Daniela Teherán (16 años) y José David Rojas, participantes de Cronicando, el primer taller del Centro Gabo de la FNPI -Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano dirigido a niños y jóvenes del Barrio Nelson Mandela, realizado en alianza con la Fundación TenarisTuboCaribe. Este fue uno de los 6 contenidos producidos por los participantes en su primer ejercicio de reportería durante un evento masivo, en el Hay Festival 2019.
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El reloj marca las 3:30 de la tarde calurosa del viernes 1° de febrero. Ya todo está listo en el salón principal de la Biblioteca Hermana Elfride de la Institución Educativa Bertha Suttner, ubicada en el sector Las Vegas del barrio Nelson Mandela. Más de cincuenta niños y niñas de grados 4° y 5°, esperan con preguntas y comentarios a Héctor Abad Faciolince, uno de los más admirados escritores y columnistas colombianos de la actualidad.
Ha llegado en compañía de Mábel Lara, periodista de Noticias Uno y Caracol Radio, para conversar sobre ‘Una bolita plateada’, su primer cuento dirigido a un público infantil. En los rostros de los presentes se pueden ver la expectativa y la curiosidad por saber que dirá ese señor de barba y cabello blancos. Se han preparado especialmente para la ocasión: no sólo leyeron y analizaron la historia de la nieta Ce y su abuela Cilia, también dibujaron sus propios árboles genealógicos y armaron bolitas de papel plateado, con misteriosos “tesoros” en su interior.
Héctor comenzó su intervención reconociendo que fue por temor “a que a niños y niñas como ustedes no les gustara” que se demoró en dar a conocer su primera obra infantil hasta después de cumplir 60 años y tener publicados 15 libros “para adultos”. Entonces, Mábel preguntó a todos los presentes si les había gustado el libro. La respuesta fue un solo grito: “¡Sííííí!”.
Contó, también, que había mostrado este relato a varias editoriales. “Me dijeron que tenía que cambiar muchas cosas y lo guardé en un baúl. Hace un año, unos amigos me dijeron que querían publicar una colección de libros infantiles. Entonces les dije que yo les iba a regalar el primero”.
Héctor comenzó a leer en la biblioteca de su padre. Recuerda a “Robinson Crusoe” y “Las mil y una noches” como los libros que lo inspiraron. “De niño, yo era más bien tímido. Hablaba muy poco, quizás por eso fue que comencé a escribir. Mi papá viajó a Indonesia y hablar con él por teléfono era, al mismo tiempo, dificilísimo y carísimo. Entonces, me tocó escribirle cartas.”
La inspiración para darle forma a “Una bolita plateada” le llegó cuando volvió a contar historias antes de dormir a los niños de 3 y 5 años de su actual esposa, Alexandra. “Tuve una segunda paternidad, sentí que volví a tener hijos chiquitos. Fue entonces que desempolvé esta historia, que tiene mucho que ver con mi mamá, una señora de 93 años que ha pasado por situaciones muy difíciles en su vida sin darse nunca por vencida. Perdió muy joven a su papá, mi bisabuelo, cuando se mató haciendo una carretera en Boyacá. Desde entonces, ella guarda en una cajita metálica una bolita plateada con nadie sabe qué adentro. Esa ha sido, siempre, su última fuente de esperanza.”
Cuando en la despedida Melanys López Montero, niña de 10 años y una de las asistentes a la actividad, le pidió un consejo para ser escritora, Héctor respondió con una frase que dejó a todos pensando: “Hay que oír cuentos”. “Pregunten historias a todos los miembros de la familia, a todas las personas de la comunidad. Empiecen a leer por las orejas, pero también vayan a los libros. Lean mucho y, luego, escriban mucho. Éste es un oficio, como el de pianista o el de deportista, que se mejora cuando más se lo practica”.
Cronicando, el primer taller del Centro Gabo de la FNPI – Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, se inició en 2016 con un primer grupo de 35 niños y jóvenes del barrio Nelson Mandela de Cartagena. Más de 150 niños se han visto beneficiados por el programa, que ha tenido tres ediciones en total.
En las dos primeras ediciones de Cronicando Nelson Mandela el énfasis estuvo en el periodismo escrito; entre los productos periodísticos realizados por los jóvenes reporteros se destaca un periódico mural y la realización del periódico Voces del Barrio, en el que los participantes contaron historias de su comunidad, investigadas y escritas por ellos mismos. En total se distribuyeron 2.000 ejemplares en diferentes sectores del barrio beneficiado.
En la tercera edición, los participantes trabajaron en torno al periodismo radial y produjeron una serie de reportajes radiofónicos en los que pusieron en práctica aspectos del periodismo como la investigación, el manejo de las fuentes, la narrativa y la ética periodística.
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