Pasó en 2016 durante el plebiscito y es muy probable que vuelva a ocurrir durante las elecciones presidenciales que se avecinan: en momentos de polarización política las discusiones en redes sociales se contaminan, se vuelven un toma y dame en el que amigos, familiares y desconocidos se lanzan comentarios y tuits tóxicos desde el cómodo escudo del teclado. El final sobreviene cuando, por decisión propia o por intervención invisible de un algoritmo, silenciamos a quienes nos incomodan y nos quedamos conversando sólo con quienes confirman nuestras ideas. ¿Estamos condenados a vivir en esa versión limitada del mundo, o habrá maneras de aprovechar las redes sociales para tener debates productivos a partir de las diferencias?
Las plataformas virtuales facilitan la organización y la cooperación en red de individuos que antes estaban separados por barreras geográficas, sociales, económicas y/o políticas. En poco más de diez años desde que se popularizaron las redes sociales, hay casos emblemáticos del uso de ellas como instrumentos de participación y transformación cívica (la Primavera Árabe, #yosoy132 o #BlackLivesMatter, entre otros). Pero así como pueden ser herramientas de conexión y de ejercicio directo del poder ciudadano, también pueden ser espacios que afianzan modelos de poder vertical y magnifican las fracturas y conflictos sociales que pre-existen fuera de ellas.
Aunque en otros países –sobre todo en Estados Unidos y las naciones de Europa– se han estudiado y advertido los riesgos que un ecosistema digital afectado por campañas de desinformación y por discursos de odio representa para la democracia, en Colombia y América Latina todavía es incipiente la investigación al respecto. Por eso desde la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) –en asocio con el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones– creamos Convivencias en red, una iniciativa que busca visibilizar problemas y tendencias alrededor de ese tema, discutir colectivamente posibles soluciones e inspirar cambios proponiendo innovaciones genuinas al tiempo que incorporamos rutinas que han funcionado en otros contextos.
Convivencias en red tiene cuatro líneas de acción: una reflexión sobre los efectos de la desinformación y manipulación mediática (las mal llamadas
“noticias falsas”), un estudio sobre moderación de comunidades digitales basada en el respeto a la diferencia, una exploración de diferentes modelos de participación cívica a través de plataformas virtuales y una recopilación de recursos sobre cómo aprovechar las nuevas tecnologías para investigar y narrar historias que expandan la visión del mundo y desafíen estereotipos.
El proyecto se guía por el compromiso ético que Gabriel García Márquez le atribuía al papel del periodismo en una sociedad democrática y busca invitar a la ciudadanía a sumarse a una conversación que pueda, en su dinamismo y multiplicidad, orientar para evitar las trampas de la desinformación a la vez que sirva para aprovechar, de manera abierta y colaborativa, el potencial cívico de las redes y plataformas sociales.
Sobre Convivencias en Red
Poner a Gabriel García Márquez al alcance de los niños, jóvenes y ciudadanos de Cartagena y Bolívar, la región Caribe, Colombia, América Latina y el mundo; este es uno de los objetivos específicos del Centro Gabo.
Conoce más sobre
Convivencias en Red, una iniciativa de la FNPI en asocio con el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia (Mintic), que promueve el uso responsable y transparente de las redes sociales.
*Jorge Caraballo (Colombia). Periodista. Gestor de contenidos del proyecto Convivencias en Red.
