“Esta es, incrédulos del mundo entero, la verídica historia de la Mamá Grande, soberana absoluta del reino de Macondo, que vivió en función de dominio durante 92 años y murió en olor de santidad un martes de septiembre (…)” (Márquez, 1962)
Renglones de Los funerales de la Mamá Grande que hacen parte de los cuentos que, entre 1962 y 1965, leyó Carmen Balcells por primera vez de García Márquez. Antes de lograr las primeras traducciones para esta obra; sin saber que estaba leyendo su propio futuro: sería la soberana absoluta del reino de Macondo en función de su dominio, moriría un mes de septiembre en el 2015 y los confines de la historia de la literatura hispano parlante la conocerían como La Mamá Grande.
Hay quienes dicen que ese apelativo se lo atribuyó por primera vez Mario Vargas Llosa, mientras otros difieren. Lo que si es cierto es que ya es popular llamar así a la agente literaria que cambió la historia de los libros escritos en español, haciendo respetar los derechos y protegiendo como nadie a los escritores que bajo el amparo de su agencia -La Agencia Balcells- conquistaron a través de sus palabras la vida decorosa o la absoluta gloria.
Relaciones que dibujaron una historia tan policroma como determinante en el trasegar de las letras universales, que hoy conocemos más claramente gracias a la pluma de Carme Riera en la recién publicada biografía de la agente, titulada Carmen Balcells, traficante de palabras, en la que a manera de ritual iniciático contiene la voz de la misma Mamá Grande como sentada en la mitad de Macondo mirando a lo lejos la dimensión de sus terrenos entre editoriales, publicaciones, adeptos y detractores…
“Por un lado soy corpórea. Terrenal, práctica, apasionada, exigente, generosa y por el otro, irracional, generadora inconsciente del mito que acompaña mi vida de heroína de leyendas míticas. He sido, por tanto, agente con licencia para matar, sí, pero en realidad solo con el deseo interior de ser Alicia en el País de las Maravillas (…)” (Balcells, 2005)
Y fue Alicia, y creó su propio país de maravillas con una geografía variable determinada por la ubicación de sus autores más prestigiosos. Mapa que por un puñado de años logró concentrar en Barcelona, bajo la satisfacción de haber sido una de las alquimistas de esa epifanía cultural hispana de talla mundial, conocida como el Boom latinoamericano.
Surtido de milagros que en gran parte venían de una lámpara maravillosa que Riera acierta a identificar así: “(…) Carmen se daba perfectamente cuenta, y así lo pregonaba, de que el autor de Cien años de soledad le había proporcionado la llave para entrar como agente donde se le antojara. Más aún, le había regalado una especie de lámpara maravillosa a la que se le podían pedir no solo tres deseos, sino bastantes más. (…)” (Riera, 2022)
Poder que supo utilizar no solo para dar los mejores rendimientos al escritor y a sí misma, sino aprovechando esto para impulsar a otros autores. “Balcells sabía que en el paquete de García Márquez podía meter la obra que se le antojara porque el editor la publicaría sin rechistar, algo que algunos llegaron a calificar de chantaje.” (Riera, 2022)
Prestidigitación de obras y circunstancias para la cual Balcells desarrolló su propia metodología e infraestructura, al punto de generar cambios legislativos en España en beneficio tributario de los escritores, sin perder nunca de vista detalle alguno en favor de sus protegidos… Desde ubicar un apartamento o un colegio para los niños, hasta lograr el regalo perfecto de cumpleaños.
Ritualista de vestiduras preferentemente blancas -como sacramentales-, de los almuerzos fastuosos y los halagos excepcionales, insinúa Riera que su superstición se acentuó con la cercanía de García Márquez, pero es claro que un huracán de lágrima fácil y voracidad mental no luce como proclive a la influencia.
Amada u odiada, lo suyo nunca fueron las medias tintas ni dentro ni fuera de las letras. Torrente de creatividad expresado en infinidad de grabaciones que hacía de cada una de sus ideas de día y de noche, en una dinámica tan telúrica como materna. Contrapunteo entre el poder de la fuerza y el de la cortesía, que le permitió en 1980 romper los techos de anticipo por derechos para obra literaria con Crónica de una muerte anunciada, que hoy sabemos gracias a Riera y al periodista Juan Cruz del periódico El País -España-, que fue también la obra que completó la baraja que en 1982 le dio el premio Nobel de literatura a Gabriel García Márquez, enviada antes de impresión a un miembro de la academia sueca por la misma Carmen Balcells.
Isabel Allende, Rosa Montero, Mario Vargas Llosa, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Pablo Neruda, Juan Carlos Onetti, Nélida Piñón y Héctor Feliciano; son un pequeño pero exquisito bocado de los indiscutibles aciertos literarios de Balcells, en el que hay un universo de obras que les han tocado el alma a millones de lectores en el mundo, donde hay un as: Cien años de Soledad, que como dijo su autor “se vende como salchichas”. En su primera publicación, sin embargo, no participó oficialmente Carmen Balcells: “(…) la agente estuvo ausente de la negociación de Cien años de soledad, pese a que el autor la puso de excusa ante el editor Francisco Porrúa cuando este intentó hacerse con el libro, diciéndole que antes de nada tenía que contactar con su agente, aduciendo que ella debía dar el visto bueno a cualquier contrato; más adelante, le pidió incluso a esta que no interviniera y que no tratara de pedir un anticipo mayor a López Llausás de Sudamericana, porque quería publicar cuanto antes. Balcells accedió a cuanto impuso su representado, pese a sentir, estoy convencida de ello, cierto disgusto al no haber conseguido firmar ella el contrato. (…)” (Riera, 2022)
Historia que no le resta brillo a la agente, pero que le hace justicia a una historia que estuvo llena de rosas amarillas -que hizo suyas tal cual García Márquez como amuleto-, de cartas astrales rigiendo cada uno de sus movimientos, una obsesión con su sobrepeso y la habilidad mítica para negociar en el ámbito literario…
No solo por las glorias se conoce a una persona, y eso Riera lo deja claro al darnos acceso a algunos de los fracasos de la agente, entre los que se cuentan emprendimientos hoteleros, una productora audiovisual, un archivo general de originales y bibliotecas de sus autores, hasta el fallido intento de poner a varios de sus más celebres escritores a cantar… “Balcells (…) le escribió a Luis Álvarez, de Universal Music, una amabilísima carta para darle cuenta del disco que se traía entre manos, de tres artistas excepcionales -Cortázar, que cantaría tangos, y García Márquez y Fuentes, que cantarían rancheras, lo editaría Barcelona ad Libitum S.A. (…)” (Riera, 2022)
Balcells parecía tener la caja de Pandora, ubicada entre su colección de jarrones, collares y amuletos, al lado de la agenda de contactos con el poder que casi cualquier cosa parecía permitirle. Todo esto entre sus gestos de artilugio, como cuando en el año 2000 hizo oficial su retiro para simplemente cambiar la naturaleza de su agenda y regresar parcialmente a su Santafé de la Segarra natal, y hasta hermanarla con Santa Fe de Bogotá, según nos cuenta Riera.
Y con toda certeza podría continuar derramando renglones sobre esta catalana de armas tomar, pero en honor a ella, a su oficio y a su vocación materno literaria de agente despiadada, prefiero dejar que los ojos de quien lee, vayan a continuar a los párrafos de Carme Riera, o de cualquiera de los autores que su hijo Lluís Miguel Palomares Balcells aún hace brillar, cierta en que eso hubiera divertido más a “Kame y el Gabíssimo”(Riera, 2022) como se llamaron durante muchos años Carmen Balcells, La Mamá Grande y el coautor central de su mitificación como soberana absoluta de Macondo: Gabriel José de la Concordia García Márquez.
Balcells, C. (2000). Discurso en la recepción de Medalla D´Or al Mérit Cultural concedida por el Ayuntamiento de Cataluña.
Balcells, C. (20 de diciembre de 2005). Una vida de paper. Ceremonia de investidura doctora honoris causa para Carmen Balcells por la Universidad Autónoma de Barcelona (pág. 16). Barcelona: Servei Publicacions Univerdad Autónoma de Barcleona.
Márquez, G. G. (1962). Los funerales de la Mamá Grande. En G. G. Márquez, Los funerales de la Mamá Grande (pág. 113). Bogotá: Norma.
Riera, C. (2022). Carmen Balcells, traficante de palabras (Primera ed.). Barcelona, España: Debate, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U. Recuperado el 17 de marzo de 2022
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