Sus padres lo envían a Bogotá para solicitar una beca de estudios ante el Ministerio de Educación Nacional. Parte de Sucre en una lancha que lo conduce por el caño de la Mojana y los ríos San Jorge y Magdalena hasta el puerto fluvial de Magangué, donde toma un buque de vapor proveniente de Barranquilla, que lo lleva hasta Puerto Salgar, en Cundinamarca. De allí sigue en un tren que trepa con dificultad por la cordillera de los Andes y lo conduce a la Estación de la Sabana, en la capital del país.
La impresión que le produce Bogotá, adonde llega con el temor ancestral de contraer una pulmonía, es negativa: le parece una ciudad remota y lúgubre, en perpetua llovizna, plagada de mendigos con úlceras, entierros, olorosa a hollín y a muerto manido en carrozas de lujo. La experiencia de sus muchos viajes por el río Magdalena, en la temporada de las vacaciones escolares, se recrea en El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto y en el artículo “El río de la vida”.
Durante ese primer viaje, en el que Gabriel cantaba boleros con un grupo de amigos, conoce, sin querer, a Adolfo Gómez Támara, Director Nacional de Becas del Ministerio de Educación Nacional, quien le pidió la letra de una canción. Al día siguiente cuando Gabo hacía la cola para solicitar la beca, Gómez Támara identifica al serenatero y le facilita, previa aprobación de los exámenes de ingreso, la beca para el liceo Nacional de Varones de Zipaquirá. El 8 de marzo ingresa al Liceo donde cursa los últimos cuatro años del bachillerato. Al poco tiempo de haber ingresado, el rector Alejandro Ramos lo llama para pedirle que pronuncie el discurso en el acto inaugural del Liceo.
En Zipaquirá, en sus horas libres, Gabriel se encierra para leer novelas de Julio Verne, Emilio Salgari, Alejandro Dumas y Victor Hugo. El cambio abrupto que implicó dejar su Caribe tropical y exuberante por el frío y gris páramo, lo marca negativamente, aunque también agradece al colegio el bagaje que le dejó tanto en historia de Colombia y América Latina como en literatura, su materia predilecta, en la que conoció desde los griegos y los romanos hasta las obras clásicas españolas y las colombianas más recientes. Asimismo sus profesores le facilitan el conocimiento de las obras de Freud, las profecías de Nostradamus y una formación marxista que lo acompaña toda la vida. Ni las matemáticas ni la ortografía contaron con su aprecio.
Por esa época, Gabo escribe, bajo el pseudónimo de Javier Garcés, poemas fuertemente influidos por las maneras del piedracielismo que eran, como sus modelos, “pastiches de las técnicas de grandes figuras españolas como Garcilaso de la Vega, Quevedo y Lorca, y de Latinoamericanos como Darío y Neruda”. A menudo escribe por encargo de sus condiscípulos sonetos para las novias.
Hizo amistades que le permitían disipar un poco la tristeza que le proporcionaba la capital:
Mi compañero más asiduo en los recreos fue el bogotano puro Álvaro Ruiz Torres, que intercambiaba conmigo las noticias diarias de las novias en el recreo de la noche, mientras marchábamos con tranco militar alrededor del patio. Otros eran Jaime Bravo, Humberto Guillén y Álvaro Vidal Barón, de quienes fui muy cercano en el colegio y seguimos encontrándonos durante años en la vida real. Álvaro Ruiz iba a Bogotá todos los fines de semana con su familia, y regresaba bien provisto de cigarrillos y noticias de novias. Fue él quien me alentó ambos vicios durante el tiempo que estudiamos juntos, y quien en estos dos años recientes me ha prestado sus mejores recuerdos para reverdecer estas memorias.
Vivir para contarla
A finales de 1943, Gabo regresó de nuevo a Sucre y en este pueblo y sus alrededores encuentra los modelos de célebres personajes como la cándida Eréndira o la prostituta de Crónica de una muerte anunciada.
Hitos históricos
Golpe militar en la Argentina. Disolución de los partidos políticos. Se crea la “Secretaría de Trabajo y Previsión” y queda a cargo del coronel Perón.
Derrota alemana en Stalingrado. La aviación británica bombardea Berlín. Los aliados avanzan en Italia, los Balcanes y el Pacífico; vencen en Túnez y Sicilia. Mussolini es depuesto.
Hitos literarios y culturales
Se inicia en Colombia la publicación de los cuadernos de poesía Cántico, dirigidos por Jaime Ibáñez, cuyo propósito es difundir la obra de poetas contemporáneos colombianos, hispanoamericanos y universales. Muere el poeta modernista parnasiano Guillermo Valencia. Pablo Antonio Cuadra Canto temporal. Manuel del Cabral: Compadre Mon. J.C. Onetti: Para esta noche. V. Piñera La isla en peso. José Bianco: Las ratas. José Revueltas: El luto humano. Juan Carlos Felisberto Hernández: El caballo perdido. Adalberto Ortiz: Juyungo. William Saroyan: La comedia humana. Saint-‐ Exupery: El principito. Sartre: El ser y la nada. E. Montale Tinis terre. Lam La jungla De Sicca: Los niños nos miran. No se entrega el Nobel de Literatura a causa de la guerra.
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