Este es uno de los contenidos producidos por los participantes de Cronicando durante su cubrimiento en el Hay Festival Cartagena 2019.
Entrevista realizada por Zharick Guzmán (14 años), Michael Casarrubia (14 años) y José David Rojas, participantes de Cronicando, el primer taller del Centro Gabo de la FNPI -Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano dirigido a niños y jóvenes del Barrio Nelson Mandela, realizado en alianza con la Fundación TenarisTuboCaribe. Este fue uno de los 6 contenidos producidos por los participantes en su primer ejercicio de reportería durante un evento masivo, en el Hay Festival 2019.
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Natalia Viana es periodista y emprendedora. Fundó el primer medio de investigación gestionado por mujeres, Agencia Pública, para poder llevar adelante el tipo de periodismo profundo y comprometido que es necesario para abordar la brecha entre gente rica y gente pobre que se vive en su país, Brasil.
Fueron, y siguen siendo, muy difícil. Por el simple hecho de ser mujeres, muchos colegas hombres nos restan méritos a la hora de presentar los resultados de nuestras reporterías. Cierta resistencia sigue estando todavía presente, nos toca enfrentar un machismo disfrazado: dicen que no tenemos la experiencia suficiente para hacer lo que hacemos cuando, en realidad, están pensando que no lo deberíamos hacer o que no lo vamos a lograr hacer por ser mujeres.
Debe tratar temas de impacto social con la misión de cambiar, para mejor, lo que se sabe al respecto. Informar es mejorar la capacidad de observación sobre un asunto que tienen las personas afectadas por ese asunto.
Las hay de todo tipo, comenzando por las geográficas: los verdaderos asuntos de violación de derechos humanos suelen ocurrir en lugares alejados de las capitales donde vivimos y trabajamos los periodistas. También hay que enfrentar los prejuicios de quienes, al darse cuenta de que las historias que contamos involucran a la gente pobre, dicen: “Ustedes están defendiendo a esos bandidos”.
Se corren riesgos, es cierto. Nuestro trabajo nos pone cara a cara con el peligro. Pero debo decir que, como periodistas, somos menos vulnerables que las personas del común, tenemos cierto respaldo social para meternos en lo que nos metemos.
No me ha tocado nada del tamaño de una violación a mis derechos, apenas casos pequeños de prepotencia policial.
Sucedió en ocasión de los Juegos Olímpicos, que se realizaron en mi país en 2016. Los organizadores, representantes de la gente rica, promocionaban la construcción de un estadio como una oportunidad para la sociedad cuando, en realidad, lo que se proponían era desplazar a una comunidad de pescadores, la gente pobre, con esa excusa. No lo lograron, ellos resistieron y, aunque se construyeron canchas y predios alrededor, todavía siguen dignamente allí.
El periodismo es el mejor oficio del mundo, coincido plenamente con Gabriel García Márquez. No hay que ser necesariamente valiente, sí hay que estar dispuesto a esforzarse mucho. Hay periodistas que no son nada valientes y, sin embargo, son tremendos periodistas. Quizás están todo el día encerrados en una habitación, trabajando con datos, y lograr descubrir o denunciar historias muy importantes. Ese esfuerzo no siempre recibe una recompensa en plata. La recompensa más valiosa es saber que vamos a conocer a personas inspiradoras y que, en contacto con ellas, nuestra mente se puede volver más abierta.
Cronicando, el primer taller del Centro Gabo de la FNPI – Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, se inició en 2016 con un primer grupo de 35 niños y jóvenes del barrio Nelson Mandela de Cartagena. Más de 150 niños se han visto beneficiados por el programa, que ha tenido tres ediciones en total.
En las dos primeras ediciones de Cronicando Nelson Mandela el énfasis estuvo en el periodismo escrito; entre los productos periodísticos realizados por los jóvenes reporteros se destaca un periódico mural y la realización del periódico Voces del Barrio, en el que los participantes contaron historias de su comunidad, investigadas y escritas por ellos mismos. En total se distribuyeron 2.000 ejemplares en diferentes sectores del barrio beneficiado.
En la tercera edición, los participantes trabajaron en torno al periodismo radial y produjeron una serie de reportajes radiofónicos en los que pusieron en práctica aspectos del periodismo como la investigación, el manejo de las fuentes, la narrativa y la ética periodística.
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