Después del escándalo de Cambridge Analytica y Facebook, muchos usuarios están comenzando a entender qué tanto sabe la red social sobre ellos. Si eso te preocupa, aquí te compartimos algunos consejos para minimizar tu huella digital.
Los expertos en privacidad lo sabían hace rato. Pero tras el escándalo de Cambridge Analytica, las personas comunes y corrientes lo comienzan a entender: al usar Facebook, muy buena parte de nuestra información personal queda expuesta y disponible para que la red social o sus socios comerciales la utilicen.
En un mensaje, el fundador de la red social, Mark Zuckerberg, asegura que ha estado “trabajando para entender exactamente qué pasó y para estar seguro de que no se vuelva a repetir”. Pero, aún si Facebook u otros servicios frenan los abusos, nada va a impedir que sigan recopilando datos sobre sus usuarios.
Abandonar Facebook o Google es la única forma de parar de darles información sobre ti, pero esa no es una opción para todos. Sin embargo, hay varias estrategias para minimizar la cantidad y la calidad de los datos que los servicios digitales recogen.
¿Has notado que, cuando buscas un pasaje de avión o un par de zapatos en una tienda en línea, te persigue la publicidad de eso mismo que querías comprar? Esto ocurre gracias a las cookies, que son pequeños fragmentos de información que las páginas web guardan en tu equipo cuando las visitas.
Muchas veces, las cookies cumplen una función importante en el funcionamiento de los sitios: permiten, por ejemplo, que la página sepa que la persona que está conectada desde tu equipo siempre eres tú, de modo que no tengas que volver a introducir la contraseña cada vez.
Pero otras veces, estas cookies se usan para rastrear los sitios que visitas, de modo que los anunciantes puedan construir un perfil sobre ti y sepan qué avisos te podrían interesar más. Si no quieres que eso pase, la opción es ‘limpiar’ o borrar las cookies del navegador.
Para hacerlo en Google Chrome, las instrucciones están en este enlace. Para saber cómo se hace en Safari, haz clic aquí. Las instrucciones para Mozilla Firefox están aquí, y las de Microsoft Edge son estas.
Lo que ocurrió con Cambridge Analytica, básicamente, fue que tomó sin permiso información que sus usuarios le habían dado por medio de un pequeño juego al que la gente accedía a través de Facebook. Seguramente usas varios de esos juegos: desde simuladores de granjas hasta tests que te dicen qué animal mitológico eres.
La red social tiene una opción para evitar que estas aplicaciones sigan teniendo acceso a tus datos, a la que puedes acceder en este enlace. Allí hay varias opciones: puedes eliminar el acceso de algunas aplicaciones a tus datos en Facebook o limitar, en la opción ‘Aplicaciones que usan otras personas’, lo que las apps que usan tus amigos pueden saber sobre ti.
Sí: recordar contraseñas es aburridor y engorroso, y desde que se inventaron ese botoncito para ingresar a muchos servicios a través de la cuenta de Facebook o Google, la vida es mucho más fácil. El problema es que, cada vez que lo haces, les das más y más información a las plataformas.
La solución es sencilla: crear una clave por cada servicio. Si tienes problemas para recordarlas todas, es buena idea que uses un administrador de contraseñas.
Para poder ofrecerte avisos más acordes con tu perfil, Google y Facebook (entre muchas otras compañías) construyen perfiles de tu personalidad basados en tu actividad cuando navegas en la red. Para ver y editar el de Google, debes hacer clic en este enlace, y el de Facebook está aquí.
Una advertencia: ver lo precisa que puede llegar a ser esa información puede ser tenebroso. La buena noticia es que puedes eliminar parte de ese perfil, y solicitar que la información no sea usada para ofrecerte publicidad. Pero, lamentablemente, no es claro si puedes simplemente hacer que dejen de seguirte sin abandonar los servicios.
No tiene mucho sentido que tomes medidas para cuidar tu privacidad en internet si publicas todos los detalles sobre tu vida en redes sociales. Piensa que lo que pones en internet tiene el potencial de ser público para siempre, así tu perfil sea privado.
Si te importa la privacidad, es importante que cuides qué publicas en tus perfiles digitales. Nadie tiene que saber tu dirección, quiénes son los miembros de tu familia, ni alguna otra información que prefieras guardarte para ti y los tuyos. Piensa siempre antes de compartir un contenido: ¿te gusta la idea de que esté disponible para todo el mundo? ¿Vale la pena exponer tu intimidad a cambio de unos likes?
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