Piensa en una frase que tenga algún significado solo para ti. Esta frase no debe ser tan corta, tampoco muy larga, para que la puedas recordar con facilidad. Si tiene mayúsculas y números, mejor. Si contiene algún símbolo, estupendo. “Uno no se muere cuando debe, sino cuando puede”, por ejemplo. Ahora selecciona la primera letra de cada palabra y surge “Unsmcd,scp”, que es una buena contraseña.
Elige dos palabras que signifiquen algo para ti y construye otra alternando sus letras. Si seleccionaste “Camello” y “Hacienda”, la base de tu nueva contraseña será “CHaamceilelnoda”. Como no tiene números ni símbolos, tendrás que utilizarla como punto de partida para reforzarla con otros métodos que vamos a explicarte.
Es un truco muy popular que los ciberdelincuentes conocen y sortean, pero que puede funcionar muy bien para complementar alguno de los otros sistemas. Retomando el ejemplo anterior, nuestra clave provisional “CHaamceilelnoda” se convierte en otra más segura: “CH44mc31l3ln0d4”. Puede servir si añadimos uno o varios símbolos.
En lugar de reemplazar las vocales por números como en el empleo anterior, puedes eliminar las vocales por completo. Si además partimos de un término inventado, como nuestro “CHaamceilelnoda”, la contraseña resultante será más sólida: “CHmcllnd”. Cualquier parecido con una palabra real es pura coincidencia, pero recuerda agregar números, mayúsculas y símbolos antes de emplearla.
De nuevo se trata de reemplazar, pero en este caso números por letras. Primero, escoge una sucesión de cifras que te resulte fácil de recordar. Por ejemplo, el código postal de tu casa. Supongamos que es el 110235. Ahora busca cada uno de los números en el teclado y vuelve a introducirlo seguido por las letras que tienes justo debajo: “1q1q0p2w3e5t”. Para complicarlo un poco más, cambia alguno de los caracteres por un símbolo, puede ser el que comparta tecla con una cifra, e incluye alguna mayúscula.
Es fácil, pero selecciona palabras y números que tengan los mismos caracteres para hacerlo más sencillo. Nosotros usaremos “Camello” y 110235. El truco está en ir colocando las letras una por una, intercalando las cifras del número pero a la inversa. Queda así: C5a3m2e0l1l1o. Ya sabes lo que falta, ¿no? Un símbolo y listo.
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