Las contraseñas tienen un problema: o son seguras, o son fáciles de recordar. Pero existe una solución.
Las contraseñas son un dolor de cabeza de la mayoría de usuarios de internet, especialmente para quienes deben manejar muchas cuentas en diferentes servicios. El problema es que las buenas contraseñas son difíciles de recordar, y las contraseñas fáciles de recordar no suelen ser buenas.
Pero, ¿qué es una buena contraseña? Amalia Toledo, investigadora de la Fundación Karisma, dice que “es como la sangre de una virgen: es una cosa que no existe”. No solo debe ser larga —ojalá una frase en lugar de una sola palabra— sino que no debe tener sentido: una clave que diga ‘las rosas son posas’ es mejor que ‘las rosas son rojas’, por ejemplo. Además de nuestra guía, Karisma elaboró una guía muy útil para construir buenas contraseñas, que recomendamos consultar.
El otro problema es que no es buena idea usar la misma clave en todos los servicios digitales en los que tengas una cuenta. La razón es que es muy probable que tu contraseña ya haya caído en un robo de información, sobre todo si llevas usándola varios años. El experto en seguridad australiano Troy Hunt, quien se ha dedicado a rastrear esos episodios durante años, calcula que 5.000 millones de cuentas se han visto afectadas, y 500 millones de claves están a la deriva, según reporta The Washington Post.
(A propósito: Si quieres saber si tu correo ha sido víctima de uno de estos robos de información, puedes consultar el sitio web Have I Been Pwned. Si tienes cuentas en muchos servicios, lo más probable es alguno de ellos haya sido víctima de un robo de datos).
"Cada contraseña que se roben es una llave maestra que abre otros servicios": Juan Diego Castañeda, Fundación Karisma
Juan Diego Castañeda, también parte del equipo de Karisma, explica que “si alguien usa la misma clave en todas partes, cada contraseña que se roben es una llave maestra que abre otros servicios”. Mejor dicho: si alguien tiene la clave de tu correo, y esa clave es la misma de tu Facebook, tu Twitter o cualquier otra cuenta, esa persona va a poder acceder a esos otros servicios. De hecho, esa es una de las formas más comunes que tienen los delincuentes informáticos cuando quieren ingresar a la información privada de un usuario.
El problema es: ¿quién tiene memoria para acordarse de 10, 20 o 50 contraseñas diferentes? Para eso sirve el administrador de contraseñas.
Un administrador de contraseñas es, básicamente, un llavero cifrado digital. Eso quiere decir que es un programa que almacena todas las claves del usuario, y que lo hace de modo que no se pueda acceder a ellas sin ingresar una contraseña maestra —que debe ser muy buena.
Además, el programa te avisa si tienes la misma contraseña para varios sitios, y te crea automáticamente una contraseña fuerte para cada uno de ellos. Así, no tienes que memorizar decenas de claves ni comprometer la seguridad de tus servicios digitales.
Hay decenas de opciones en el mercado; aunque las más recomendadas por los medios especializados de tecnología como Cnet o PC Magazine son Dashlane, Keeper o LastPass. Todos ellos se integran en tu navegador y tienen versiones para dispositivos móviles.
La mayoría tienen opciones gratuitas, pero con limitaciones en la cantidad de contraseñas que almacenan o en los dispositivos desde los que se pueden utilizar. Por eso, la recomendación es invertir un poco de dinero, que normalmente va entre 20 y 40 dólares anuales.
El principal problema que tienen los administradores de contraseñas es que, si comienzas a usarlos, tus rutinas y costumbres a la hora de navegar la red y usar tus dispositivos van a cambiar.
Por ejemplo, en lugar de digitar tu contraseña, lo más probable es que te toque copiarla y pegarla desde el administrador, o configurarlo para que éste la ponga automáticamente en tu navegador. Además, si quieres acceder a tu correo o tus cuentas desde un equipo ajeno, las cosas pueden ponerse un poco complicadas.
“Para algunos usuarios quizás va a ser difícil,” dice Toledo. Se requiere cierta habilidad tecnológica para entender cómo usar el administrador, pero las ganancias en seguridad valen la pena. No solo porque tus claves serán fuertes, sino también porque el riesgo de que personas inescrupulosas tomen el control de tus cuentas se minimiza bastante.
Como dice Toledo, “la gente no se imagina lo difícil que puede ser una intrusión a tus cuentas, o un problema de seguridad digital. Uno se imagina que le roben la casa es un gran problema, pero que se metan a tu correo o a tus cosas puede ser una cosa terrible”.
La clave está en entender que “los afectos no se construyen a la mi...
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