Mariposas amarillas Gabo
Lectura

La verdadera historia de las mariposas amarillas de García Márquez

La historia real que inspiró las mariposas amarillas de Cien años de soledad. 

Redacción Centro Gabo

Para muchos lectores, las mariposas amarillas se han convertido en uno de los símbolos más representativos del universo literario de Gabriel García Márquez. Aunque en la obra del escritor colombiano aparecen otros insectos -algunos con mayor frecuencia y protagonismo como las hormigas coloradas-, son estos lepidópteros vistosos los que han terminado llevándose toda la fama, arrastrando consigo cualquier asociación a García Márquez y su realismo mágico.

Su popularidad se originó por el único libro en el que desempeñan un rol destacado: Cien años de soledad. Cuando la Editorial Sudamericana publicó la primera edición de la novela el 5 de junio de 1967, miles de lectores conocieron el trágico romance entre Renata Remedios (Meme) Buendía y Mauricio Babilonia, un joven aprendiz de mecánico en los talleres de la compañía bananera. En esta historia de amor siempre que Mauricio Babilonia visita a Meme, la casa de los Buendía se llena de mariposas amarillas. Por la manera como García Márquez cuenta el suceso, los insectos parecen generarse de forma espontánea ante la presencia de Mauricio Babilonia, hasta tal punto que surgen justo antes de que él aparezca en escena y permanecen en el aire poco después de que se va.

La relación no cuenta con el visto bueno de Fernanda del Carpio, la madre de Meme, así que la pareja comienza a encontrarse a escondidas en el baño y allí da rienda suelta a su pasión adolescente. “Las mariposas amarillas invadían la casa desde el atardecer”, se narra en la novela. “Todas las noches, al regresar del baño, Meme encontraba a Fernanda desesperada, matando mariposas con la bomba de insecticida. «Esto es una desgracia -decía-. Toda la vida me contaron que las mariposas nocturnas llaman la mala suerte.» Una noche, mientras Meme estaba en el baño, Fernanda entró en su dormitorio por casualidad, y había tantas mariposas que apenas se podía respirar”.

¿De dónde sacó García Márquez esta historia? ¿Fue todo un producto de su imaginación? En una entrevista concedida a la revista italiana Epoca en abril de 1979, el autor colombiano confesó que se había inspirado en un acontecimiento real. “La historia del personaje atormentado por las mariposas amarillas fue tomada de un episodio de mi infancia”, le dijo al periodista Peter Stone. “Un día vi a mi abuela tratando de exterminar mariposas con un aparato lleno de insecticida. En ese tiempo había un electricista que iba a casa a menudo y me despertaba curiosidad el cinto especial con el que se suspendía del poste que llevaba los cables eléctricos. La abuela me decía que cada vez que salía de casa este hombre todo el ambiente se llenaba de mariposas”.

En el recuerdo de Gabo, sin embargo, los insectos que revoloteaban eran de color blanco. El detalle de que fueran amarillos lo introdujo durante la escritura de Cien años de soledad como un recurso útil a la verosimilitud del relato. “Cuando convertí el episodio en literatura comprendí que nadie lo hubiese creído si no hubiese precisado que las mariposas eran amarillas”, le dijo a Epoca.

Mariposas blancas en el mundo real, pero amarillas en Macondo.

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