El 3 de enero, los Estados Unidos rompen relaciones con Cuba, y el 20 del mismo mes John F. Kennedy asume como presidente. En ese contexto llega García Márquez a Nueva York para dirigir la oficina de Prensa Latina.
De regreso a La Habana, lo asignan a la oficina de Nueva York. Busca a su familia en Barranquilla, y deja todos sus libros con su hermana Rita. Llega a Nueva York a principios de enero y allí se instala con Mercedes y su hijo en el hotel Webster, en pleno Manhattan, durante cinco meses. El recién llegado habría quedado un poco decepcionado por el ambiente en el que encontraba la sede: “era una oficina sórdida y solitaria en un viejo edificio de Rockefller Center, con un cuarto de teletipos y una sala de redacción con una ventana única que daba a un patio abismal, siempre triste y oloroso a hollín helado…” (Martin,304)
La sede de Prensa Latina y sus trabajadores se veían constantemente amenazados por los refugiados cubanos que se oponen al gobierno de Castro, hecho que obliga a los empleados a tomar medidas de seguridad y cargar con armas caseras improvisadas. La familia de García Márquez se ve afectada por la situación y Mercedes quien había recibido una amenaza decide pasarse una temporada en casa de una amiga, ocultándole lo ocurrido a su esposo. Durante este tiempo, Gabo revisa una vez más La mala hora.Alberto Aguirre publica en Medellín la primera edición como libro de El coronel no tiene quien le escriba.
El 13 de marzo, asiste a la rueda de prensa en la que Kennedy anuncia la Alianza para el Progreso, su programa bandera para América Latina. A principios de abril renuncia a Prensa Latina, pero la invasión a Bahía Cochinos, el 18, lo obliga a echar atrás su decisión, al menos temporalmente. Luego de la coyuntura, le escribe una carta a mano a Masetti en la que, tras una serie de reflexiones sobre la situación política, le ratifica su renuncia. Se queda unas semanas más esperando que Prensa Latina le otorgue alguna indemnización y los pasajes a México, cosa que no sucede. En junio, Gabo deja Prensa Latina y viaja de Nueva York a México pasando por los estados del sur de los Estados Unidos, territorio de las obras de William Faulkner.
En palabras de Gabo, en carta a Álvaro Cepeda Samudio: “Ahora, después de una jodida crisis que se prolongó por un mes y que finalmente culminó esta semana, los jóvenes decentes de Prensa Latina nos fuimos al carajo, con unas renuncias muy retóricas. A pesar de que las vainas se veían venir en grande, yo no creí que los acontecimientos se presentaran tan atropelladores, y que me quedaban algunos meses en Nueva York. Sin embargo, mi última esperanza de quedarme aquí se desvaneció definitivamente esta noche, y el primero de junio me voy a México, por camino carreteable, con el propósito de atravesar el profundo y revuelto sur. No sé, exactamente, qué voy a hacer, pero estoy tratando de rescatar en Colombia algunos dólares, que espero me sirvan para vivir un tiempo en México, mientras consigo trabajo. Quien sabe de qué carajo porque lo que es de periodismo ya me corté la coleta. Será de intelectual”.
A mediados de junio, García Márquez y su familia viajan en un autocar Greyhound con destino a Nueva Orleans, donde Mendoza les enviará dinero para continuar el viaje en tren hasta México. El 26 de junio llegan a la ciudad azteca, que sería su lugar de residencia por muchos años. Alvaro Mutis los recoge en la estación y los lleva a los apartamentos Bonampak, en la calle Mérida. A su llegada García Márquez contaba con cuatro amigos en el nuevo país, el mismo Mutis, el escultor colombiano Rodrigo Arenas, el escritor mexicano Juan García Ponce y el cineasta y librero catalán Luis Vicens.
Una semana después, tras la noticia comunicada por su amigo García Ponce sobre el suicidio de Hemingway, escribe su primer artículo en México “Un hombre ha muerto de muerte natural”, una apología al difunto escritor norteamericano. Fue publicada el 9 de julio en el suplemento cultural del diario Novedades. En agosto realiza un viaje con Mutis por la ciudad portuaria de Veracruz para disipar la pena de no conseguir trabajo ni escribir. El motivo del viaje fue la posibilidad de que la Universidad veracruzana publicara Los funerales de la Mamá Grande, por el cual le ofrecieron de anticipo mil pesos que empleó de una vez para el arrendamiento del apartamento y, como manifestó él mismo, “comprar en cuotas la tercera nevera de nuestro matrimonio”.
Lee por recomendación de Mutis los dos libros del escritor mexicano Juan Rulfo, Pedro Páramo y El llano en llamas los cuales le producen fuerte impresión e incluso medio se los aprende de memoria. En una visita al estado de Michoacán, observa un suceso con los indígenas que hacían ángeles de paja, esta imagen configuraría uno de sus relatos “Un señor muy viejo con unas alas enormes”.
Escribió también “El mar del tiempo perdido”. Con estas narraciones y “Los funerales de la Mamá Grande” García Márquez empezaba a dar señales de su técnica “El realismo mágico”.
Gustavo Alatriste, empresario que había incursionado en el cine y el periodismo, le propone hacerse cargo de las revistas La Familia (para público femenino) y Sucesos para todos (crónica roja y escándalos). Gabo puso como condición que su nombre no apareciera en los créditos o en los artículos. Empende la primera versión de El otoño del patriarca, pero no le satisface.
Hitos históricos:
En Cuba, fracaso de la invasión en Playa Girón; Castro proclama el el carácter socialista de la Revolución Cubana. Se inicia el bloqueo norteamericano a Cuba. Asesinato de Trujillo en República Dominicana. Revuelta campesina en México. Régimen militar en Ecuador.
Construcción del muro de Berlín. Kennedy envía 15.000 consejeros militares a Vietnam. Kennedy y Kruscev se reúnen en Viena. Sudáfrica se separa del Commonwealth. Prima insurrección urbana en Angola.Es asesinado Patricio Lumumba. Surge la “Alianza para el Progreso”
Hitos literarios y culturales:
Manuel Zapata Olivella: Cuentos de muerte y libertad; Detrás del rostro. José Francisco Socarrás: Viento de trópico. J.C.Onetti: El astillero. S.Garmendia: Los habitantes. E. Sábato: Sobre héroes y tumbas. José María Arguedas, “La agonía de Rasu Ñiti”Cortázar: Los premios. E. Cardenal: Epigramas. Fanon: Los condenados de la tierra. Cabrera Infante: Así en la paz como en la guerra. José María Arguedas, “La agonía de Rasu Ñiti”. Roa Bastos: El baldío. Onetti: El astillero. Arguedas: El sexto. Borges: Antología personal. Lispector: Una manzana en la oscuridad. Zapata Olivella: Detrás del rostro. Lewis: Los hijos de Sánchez. Truffaut: Jules et Jim. De Sica. Juicio Universal. Rossellini: Vanina Vanini. Buñuel: Viridiana. I. Andric es premio Nobel.
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