Los bulos le dieron mucho trabajo extra a la Registraduría Nacional del Estado Civil en las elecciones legislativas, y la entidad no quiere que pase lo mismo en las presidenciales.
Las elecciones siempre son épocas de máxima intensidad en el interior de la Registraduría Nacional del Estado Civil. Pero además del trabajo de siempre, las pasadas elecciones de marzo para Congreso tuvieron una dificultad adicional: había muchas mentiras en redes sociales. “Casi que nos tocó estar sacando al registrador todos los días a desmentir cosas”, cuenta Silvia Hoyos, jefe de comunicaciones y prensa de la entidad.
La situación era urgente. Como dice Hoyos, “la desinformación en un proceso electoral es un tema muy grave, porque está en juego la democracia, la legitimidad del proceso y la legitimidad de la información”.
La solución que encontraron para evitar que ocurriera lo mismo en las elecciones presidenciales del 27 de mayo fue buscar ganarles a las mentiras en su propio terreno: las redes sociales y WhatsApp. Desde finales de marzo, la entidad se ha puesto en la tarea de recopilar y corregir bulos relacionados con el proceso electoral, y está publicando los desmentidos en su sitio web.
¿Cómo deciden qué cadenas desmentir? Al ser la entidad encargada de velar por la transparencia de las elecciones, no pueden intervenir en contenidos que vayan a favor o en contra de un candidato. “Elegimos desmentir información sobre hechos concretos relacionados con el proceso electoral que están distorsionados, y no desmentimos opiniones”, explica Hoyos.
Hasta ahora, dice Hoyos, la actividad de los desinformadores organizados ha estado más calmada que en las elecciones parlamentarias. “Estas elecciones de mayo son mucho más sencillas; hay muchos menos candidatos, la logística es más simple y hay una sola elección [en marzo pasado también se hicieron consultas interpartidistas]”, lo que, según la funcionaria, ha disminuido la confusión y la actividad desinformativa.
Para reportar bulos o hacer preguntas sobre información que les llegue a través de redes sociales, los ciudadanos pueden diligenciar el formulario de contacto en la página web de la entidad, o escribir a través de su perfil en Twitter, @Registraduria.
Hasta hace poco, la comunicación de la Registraduría era como la de cualquier otra entidad pública: se basaba en comunicados de prensa formales y acartonados, o en declaraciones muy bien calibradas por parte de un vocero autorizado. Pero eso no estaba funcionando muy bien en las redes sociales, sobre todo para una entidad que necesita estar muy cerca de los ciudadanos.
“Estamos tratando de 'salirnos de la caja’ e intentando que los contenidos obedezcan más a las nuevas maneras de contar y de obtener información”, dice Hoyos. Por eso, abrieron una campaña llamada #NoDejesAColombiaEnVisto, en la que buscan explicarles a los colombianos más jóvenes cómo funcionan las elecciones y motivarlos a que participen en ellas.
La entidad abrió presencia en Instagram, YouTube y Facebook, donde tiene una página específica para esta campaña. Hoyos dice que la campaña ha “tenido un éxito impresionante”, aunque no compartió alguna cifra. El objetivo más importante es comprender cómo llevar los mensajes públicos a las redes sociales. “Todos estamos aprendiendo”, señala.
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