La presencia de las hormigas en el universo narrativo de Gabriel García Márquez.
En la obra narrativa de Gabriel García Márquez no sólo existen las mariposas amarillas. De hecho, si tuviéramos que escoger los insectos más predominantes en las historias del escritor colombiano tendríamos que desviar la vista del cielo, mirar hacia la tierra y señalar a las hormigas. Al menos así lo cree Aristóbulo López-Ávila, un entomólogo colombiano que dice haber encontrado un total de 384 referencias a insectos en todos los libros de Gabo.
Ese inventario entomológico incluye 110 referencias directas e indirectas a dípteros como moscardones, moscas, mosquitos y zancudos, y 81 menciones a lepidópteros como mariposas y polillas. Las hormigas, sobre todo las célebres hormigas coloradas de Cien años de soledad, son mencionadas 31 veces por Gabo.
De acuerdo con López-Ávila, la fama de las mariposas amarillas no provino tanto de Gabo como de una cumbia peruana que fue grabada en 1969, dos años después de la publicación de Cien años de soledad. “Las hormigas coloradas deberían ser más emblemáticas en la obra de García Márquez que las mismas mariposas amarillas”, comenta. “Las mariposas amarillas se convirtieron en el insecto emblemático de su obra, precisamente de Cien años de soledad, no porque la gente leyera el libro y creyera que era impactante lo de las mariposas amarillas, sino por un compositor peruano, Daniel Camino Diez, que compuso una cumbia que se llamó ‘Macondo’, en donde el coro es ‘mariposas amarillas, Mauricio Babilonia’. A comienzos de los años setenta sonaba esa cumbia en todas las emisoras de Colombia y varios países latinoamericanos”.
En contraposición a las conjeturas de muchos lectores de García Márquez, López-Ávila descubrió que las hormigas coloradas se mencionan muchas más veces en los relatos de Gabo que las mariposas amarillas. “Las mariposas amarillas se mencionan diecinueve veces y sólo en Cien años de soledad. En ningún otro libro de García Márquez vuelven a aparecer, y todas están vinculadas con Mauricio Babilonia”, dice. Las hormigas, en cambio, se relacionan con Úrsula, Santa Sofía de la Piedad, Amaranta Úrsula y el último descendiente de la familia Buendía antes de que Macondo sea barrido de la tierra por un huracán bíblico.
“Las hormigas aparecen más de treinta veces y son los insectos más impactantes de Cien años de soledad porque son las encargadas de socavar los cimientos de la casa grande”, concluye el entomólogo que, entre 1984 y 1988, cursó sus estudios de doctorado en la Universidad de Londres.
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