Un decálogo del escritor colombiano en torno a la muerte.
Lo único malo de la muerte es que es para siempre.
Uno no escribe varios libros, uno escribe un solo libro a lo largo de toda su vida. Digamos que es un libro con muchos volúmenes. Mientras la vida siga, uno sigue escribiendo. Lo que más me dolerá es que el último episodio, que seguramente será muy interesante y fundamental en la vida de uno, que es el de la muerte, es el único que no podré escribir.
El miedo a la muerte lo tiene todo el mundo, pero más que miedo a la muerte misma es miedo al tránsito. Por eso creo que los más felices son los que se mueren de un infarto fulminante. En fin, creo que el miedo no es a estar muerto, sino a estar muriéndose.
La vida es una fuerza: la muerte, no. Sostengo con Faulkner que cuando las cosas van mal quizá todo está mal, pero el ser humano es indestructible. Como individuo, el hombre es mortal, pero como especie, es inmortal.
A la muerte se le tiene mucho miedo. O mucha confianza. La muerte es muy injusta. Es la única pregunta con respuesta, lo único a lo que, sabemos, llegaremos todos. Pero entonces, ya no estaremos aquí para hablar de ella.
A la muerte, la carrera no se la gana nadie.
Al escritor no lo mata nadie. Ni siquiera la muerte.
Hay dos maneras de pensar en la muerte. Para mí es perfectamente claro: es como si de pronto se apagara la luz. Sin embargo, surge la duda de que a lo mejor me equivoco. Otro punto importantísimo con respecto a la muerte, que es lo que más me duele como escritor, es que es la experiencia más importante de la vida de uno sobre la cual no podré escribir una novela.
Todo escritor se alegra con el Premio Nobel, lo que pasa es que a mí me llegaba en muy mal momento, porque tenía proyectado trabajar seguido hasta marzo, para tener terminada la novela y sabía que si me daban el Premio Nobel, la novela se interrumpía y me metía en una cosa totalmente imprevista y complicada. Algo como la muerte. Como si me hubiera dado un infarto a la hora del almuerzo. Para mí era algo que me cambiaba la vida por completo.
Que la idea de la muerte no me distraiga de lo que estoy haciendo, porque lo que va a quedar es lo que uno haga de vivo.
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