Minicuento: ¡Bienvenidos a Macondo!
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Alfombras voladoras, jarabes para hacerse invisible, aparatos para olvidar los malos recuerdos y gallinas que ponen huevos de oro son inventos que parecen ocurrir en la escuela Hogwarts, a la que asiste un joven llamado Harry, pero que realmente provienen de Macondo, el pueblo mágico que inventó Gabo. -
En Macondo no importa cual es tu casa, pues desde cualquiera se llega al río con igual esfuerzo y todas reciben la misma cantidad de sol. Si te gustan las aves aquí encontrarás muchas: turpiales, canarios, azulejos y petirrojos. -
El pueblo de veinte casas de barro y cañabrava es tan único que todos tienen menos de 30 años y nadie ha muerto. Uno de sus visitantes más recordados es el gitano Melquiades, que llevó un catalejo y una lupa gigante para mostrarle a los habitantes de Macondo que la ciencia habia eliminado las distancias. -
Sigue estas pistas para llegar a Macondo: al oriente está la sierra impenetrable; al sur, los pantanos, y al occidente hay mucha agua. La única posibilidad de acceso es por la ruta del norte. Te darás cuenta de que llegaste porque todas las cosas y casas tienen letreros para identificarlas, una forma de luchar contra el olvido.
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